Profesionales de la salud reclaman más geriatras y su integración en todos los hospitales

Nota de prensa

10/06/2025

Profesionales de la salud reclaman más geriatras y su integración en todos los hospitales

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●        Los especialistas consideran la fragilidad del paciente anciano como una condición prevenible y tratable, pero su infradiagnóstico limita intervenciones que mejorarían la calidad de vida y reducirían su dependencia. 

●        También han remarcado la necesidad de valorarla como un factor modificador del riesgo cardiovascular y de adaptar la intervención clínica al contexto vital de cada paciente.

El envejecimiento progresivo de la población y el aumento de personas mayores con múltiples patologías crónicas han situado la fragilidad como uno de los grandes desafíos clínicos y asistenciales. En este contexto, los profesionales de Atención Primaria y de las residencias de mayores han reivindicado una mayor integración entre los distintos niveles asistenciales. Además, de la presencia de especialistas en geriatría en todos los hospitales, con el objetivo de garantizar una atención más coordinada, eficiente y centrada en las necesidades reales de este perfil de pacientes.

Este llamamiento se ha puesto de manifiesto durante la celebración del curso “Actualización clínica en la atención del anciano frágil”, que ha tenido lugar los días 6 y 7 de junio en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM). Dirigido a profesionales de Atención Primaria, urgencias y centros residenciales, la actividad ha estado coordinada por el Dr. Javier Gómez Pavón, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Central de la Cruz Roja.

Para el coordinador de esta formación, “es fundamental reconocer la fragilidad como una condición prevenible y tratable” —y añade que— “la implementación de programas de formación y la integración de herramientas prácticas en la atención diaria son pasos clave para mejorar la atención a las personas mayores”. En cuanto a las decisiones compartidas, Gómez Pavón considera fundamental fomentar una cultura de trabajo en conjunto entre profesionales y pacientes, “respetando sus valores y preferencias, especialmente en situaciones clínicas complejas donde las decisiones no son unívocas”. Además, ha añadido que, “todos los profesionales en el momento actual de envejecimiento poblacional en el que vivimos enfrentan desafíos, como la identificación precoz de la fragilidad, la coordinación entre niveles asistenciales, la gestión de múltiples comorbilidades y la toma de decisiones en contextos de incertidumbre clínica”.

Fragilidad y diabetes tipo 2 en personas mayores

A lo largo de las dos jornadas de esta formación, se han compartido herramientas útiles para la práctica diaria y se ha insistido en la necesidad de fomentar un modelo asistencial más colaborativo, que garantice la continuidad de los cuidados en todas las etapas del proceso clínico.

Uno de los contenidos destacados ha sido la relación entre diabetes tipo 2 y fragilidad en personas mayores, analizada por el Dr. Carlos Hernández Teixidó, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, CS Burguillos del Cerro (Badajoz). Durante su intervención, el especialista ha subrayado la necesidad de un enfoque individualizado que contemple tanto el control glucémico como la situación funcional del paciente, priorizando siempre la seguridad del tratamiento y la calidad de vida. “El deterioro funcional progresivo y la pérdida de reserva fisiológica hacen que, en personas mayores frágiles, el manejo de la diabetes deba basarse en decisiones terapéuticas prudentes, con objetivos realistas y tratamientos bien tolerados”, ha explicado el Dr. Hernández Teixidó. En este sentido, destacó que los inhibidores de la DPP4 (iDPP4) constituyen una alternativa eficaz y segura para este perfil de pacientes, al no asociarse con hipoglucemias ni con efectos adversos relevantes.

Hernández Teixidó también ha remarcado la necesidad de valorar la fragilidad como un factor modificador del riesgo cardiovascular y de adaptar la intervención clínica al contexto vital de cada paciente: “No hay dos pacientes mayores iguales, y es fundamental evaluar siempre la relación entre indicación, beneficio clínico y potencial riesgo de efectos adversos antes de iniciar o intensificar cualquier tratamiento”.

Fragilidad en España

La fragilidad afecta aproximadamente al 18% de las personas mayores de 65 años en España, con una prevalencia que aumenta significativamente con la edad: se estima en torno al 14 % entre los 65 y 79 años, y alcanza hasta un 28,6 % a partir de los 80. Además, el riesgo de desarrollar fragilidad es al menos 1,5 veces mayor en mujeres que en hombres. Esta condición no solo incrementa la probabilidad de hospitalización, institucionalización y mortalidad, sino que también tiene un alto impacto económico: el coste sanitario anual por persona con fragilidad ronda los 2.500 euros, el doble que el de una persona mayor sin esta condición.

Para más información: https://areacientificamenarini.com/actualizacion-clinica-en-la-atencion-del-anciano-fragil/

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