Una de las iniciativas con las que colaboramos esta pasada Navidad fue el proyecto Proyecto Folre de Cáritas. Después de unos meses, Cáritas nos ha ofrecido la posibilidad de visitar las instalaciones del centro y contarnos así de primera mano el trabajo que llevan a cabo. Se trata de un centro diurno que acoge a unas 20 personas en situación de sin techo. Según nos contaron, pretenden atender a personas con dificultades, la mayoría de veces sin recursos económicos, que viven en situaciones muy precarias.
El centro ofrece distintos servicios para dar respuesta a estas personas como son: servicio de duchas, lavandería, consigna, meriendas y cenas, y soporte psicológico. Tal y como nos explicaron los coordinadores, se trata de proporcionar unos servicios básicos y de minimizar el impacto que para estas personas supone vivir en la calle o bajo techo pero en condiciones indignas.
“Folre” es una palabra catalana que hace referencia a una parte de la estructura de los Castellers. En concreto, es un grupo de personas más reducido que se coloca encima de la piña (el grupo base) para soportar la estructura del resto del castillo humano. Los trabajadores y voluntarios del centro son el “folre” que sustenta directamente el castillo de personas que día a día acuden a ellos en una situación de fragilidad extrema.
A pesar del gran esfuerzo, son pocas las personas que finalmente pueden reinsertarse en la sociedad, pero según nos han contado, cualquier oportunidad es buena para intentarlo.
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