- Un 2,4% de la población adulta española padece gota, según el estudio EPISER, lo que equivale a más de 800.000 personas.
- En los últimos años están aumentando las cifras de pacientes con gota que tienen que ser hospitalizados, siendo el 83% varones de una edad media de 72 años y con una importante carga de morbilidad.
- Es fundamental el seguimiento estrecho de las cifras de ácido úrico; así como el adecuado manejo de las recurrencias y la mejora de la adherencia terapéutica.
Barcelona, 19 de septiembre de 2022 – La prevalencia de la enfermedad de la gota en España es del 2,4% de la población adulta, lo que equivale aproximadamente a 800.000 afectados en nuestro país; siendo el 66,6% de los pacientes mayores de 60 años, según los resultados del estudio EPISER 2016 realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER). “Estos datos son mayores en comparación a los de otros países de nuestro entorno (salvo Reino Unido, que es similar) y se observa una tendencia creciente probablemente en relación con una mayor esperanza de vida y cambios en el estilo de vida. Además, se ha observado que en los últimos años están aumentando las hospitalizaciones por esta enfermedad reumática”, según ha indicado la Dra. Neus Quilis, reumatóloga del Hospital Vinalopó de Elche, en el marco del XI Curso SER Reumatopics, que se ha celebrado los días 16 y 17 de septiembre en Barcelona, con la colaboración de Menarini.
La Dra. Quilis ha advertido que “las mujeres también pueden padecer gota, si bien suele aparecer tras la menopausia probablemente porque los estrógenos consiguen menores cifras de ácido úrico en sangre. En mujeres mayores una forma no infrecuente de afectación se da en los dedos de las manos”.
De cara a los pacientes, la especialista ha insistido en que “existen recomendaciones relativas al estilo de vida que se pueden seguir para reducir las posibilidades de tener niveles altos de ácido úrico en sangre. En líneas generales, seguir una dieta rica en purinas de origen animal (carne roja o marisco), alcohol (sobre todo la cerveza) y bebidas ricas en fructosa aumentará la posibilidad de tener hiperuricemia y gota. Las últimas guías recomiendan también fomentar una dieta cardiosaludable y mantener un control del peso. Para pacientes ya diagnosticados resulta indispensable seguir el tratamiento farmacológico prescrito por su médico”.
En opinión de la Dra. Diana Peiteado, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario La Paz (Madrid), “la gota puede curarse consiguiendo la desaparición completa de los depósitos de urato y controlando la uricemia. No obstante, a pesar de contar con opciones terapéuticas efectivas y con un mayor conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad, el control en la práctica real está lejos de ser el adecuado”.
Abordaje de la gota en España: GuipClinGot
Un análisis transversal sobre práctica clínica en nuestro país reportó una mejora en el manejo clínico de la gota en cuanto a porcentaje de pacientes que alcanza la diana terapéutica de ácido úrico, tras la publicación de la «Guía de práctica clínica para el manejo de los pacientes con gota» (GuipClinGot 2013). La actualización de dicha guía, publicada en 2020, integra a reumatólogos con otros especialistas implicados en la asistencia sanitaria como Enfermería, así como la opinión de los pacientes. Esta edición aporta nueva información respecto a posicionamientos de tratamientos, técnicas de imagen o manejo en pacientes con comorbilidades, según ha detallado el Dr. Diego Benavent, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario La Paz de Madrid y uno de los coordinadores del curso, junto a las Dras. Isabel Castrejón y Vanesa Calvo.
En cuanto a áreas de mejora, este especialista ha recalcado que “es fundamental seguir trabajando en la adherencia a fármacos hipouricemiantes, así como en la promoción de hábitos de vida que mejoren la gota y el adecuado manejo de sus comorbilidades asociadas”. Además, -ha añadido- “avances como la ecografía pueden ofrecer un mejor diagnóstico y seguimiento de los pacientes con gota, por lo que se debe potenciar la formación de los especialistas en esta técnica”.
Impacto y recursos de pacientes hospitalizados
Por su parte, la Dra. Peiteado ha explicado los resultados de un estudio que realizaron entre los años 2005 y 2015 y que revelaba que “las tasas de hospitalización nacional de la población gotosa fueron incrementándose de forma progresiva pasando de 35 casos por 10.000 habitantes al año hasta 50 casos por 10.000 habitantes/año, un aumento de hospitalización similar a otros países. De ellos, un 83% de los pacientes gotosos hospitalizados eran varones, con una media de edad de 72 años y una importante carga de comorbilidad”.
El impacto en los recursos sanitarios de los pacientes con gota se debe a su elevada morbilidad que provoca un número importante de visitas médicas y prescripción de fármacos, especialmente en el ámbito de Atención Primaria, y en menor grado en especializada. Además, “hay que destacar la frecuente asociación con otras enfermedades especialmente con factores de riesgo cardiovascular, que aparecen en porcentajes mucho mayores que en la población general. De hecho, se trata de la enfermedad articular inflamatoria más prevalente y con más comorbilidad asociada”, ha precisado.
Sobre el XI Curso SER Reumatopics 2022
En esta XI edición del Curso SER Reumatopics, celebrada con la colaboración de Menarini, se han abordado las actualizaciones relevantes a nivel de artritis microcristalinas en España, y se han impartido charlas sobre miopatías inflamatorias, patología ocular inflamatoria, enfermedad de Behçet, espondiloartritis, enfermedades autoinflamatorias o últimas novedades en Telemedicina, entre otras.
“La Reumatología es una especialidad que abarca un amplio abanico de patologías, por lo que es complejo estar actualizado en el día a día en todas ellas. Este curso ha proporcionado una revisión con aplicación práctica de temas de interés en esas distintas áreas para el reumatólogo”, según el Dr. Diego Benavent. Asimismo ha indicado que “la prevalencia creciente de las artritis microcristalinas y sus complicaciones inducen la necesidad no cubierta de formación e investigación en esta área para la optimización de su manejo”.
A su juicio, “resulta fundamental llevar a cabo una estrategia para el seguimiento estrecho de los pacientes, que no se debe limitar al seguimiento de las cifras de ácido úrico, sino también al adecuado manejo de las recurrencias y a la mejora de la adherencia terapéutica; favoreciendo al mismo tiempo el consejo sobre el estilo de vida y el abordaje de las comorbilidades. Para la mejora de estas áreas, no solo es necesaria la formación de los reumatólogos, si no de otros profesionales implicados en la atención de artritis microcristalinas, como Enfermería o Atención Primaria”.
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