David Fuentes, «mi historia empieza en Menarini hace 18 años»
"Soy David Fuentes, y mi historia en Menarini empieza hace ya 18 años. Recuerdo como…

23/10/2025

David Fuentes, «mi historia empieza en Menarini hace 18 años»

«Soy David Fuentes, y mi historia en Menarini empieza hace ya 18 años. Recuerdo como si fuera ayer que dejé mi anterior trabajo un viernes y el lunes siguiente ya estaba aquí.

Me incorporé como Responsable de Sección para dar soporte al equipo y cubrir el turno de noche, que en aquel momento se estaba consolidando por el gran crecimiento que vivía la empresa. Precisamente eso fue lo que me atrajo de la oferta: la promesa de poder participar activamente en un proyecto que iba a más.

Durante años, fui recogiendo el conocimiento de mis compañeros y ganando el mío propio. Con el tiempo, y a medida que me consolidaba en el puesto, sentí que mi voz y mi aportación se empezaban a tener en cuenta.

Hace cinco años, se me propuso pasar a mi puesto actual como Head of Packaging. Desde esta posición, intento volcar todo ese conocimiento acumulado para ser un enlace entre la dirección de producción, operarios y el resto de departamentos y puestos corporativos. Mi objetivo es ayudar a que el proyecto de Menarini, del que me siento tan parte, siga creciendo con la calidad y el compromiso que nos caracteriza.»

¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en Menarini?

«Para mí, lo que más me llena de trabajar aquí se mueve en dos niveles.

Primero, y es lo más importante, está el propósito. Cada día tenemos la oportunidad de recordar que no hacemos un producto cualquiera; fabricamos medicamentos que cuidan la salud de las personas y que deben llegar con la máxima calidad y a tiempo a quien los necesita. Esa idea le da un sentido y una responsabilidad a nuestro trabajo que es difícil de encontrar en otros sectores.

Y luego está el motor del día a día, que es donde realmente conecto. Me mueven los retos y, sobre todo, las personas. Disfruto de la dinámica de la planta, de tener ese sentido de la urgencia para sacar el trabajo adelante, trabajando con y a través de la gente.

Por eso me identifico más con un liderazgo de proximidad. Me realizo creando un ambiente de confianza, hablando con mis colaboradores, entendiendo las dinámicas del equipo y motivándolos. Mi mayor satisfacción es precisamente esa: ver cómo podemos desarrollar a las personas y, juntos, poder alcanzar los objetivos.»

¿Cómo describirías el ambiente de trabajo en la Planta?

«En estos 18 años, he sido testigo de una transformación enorme. El crecimiento constante en la producción ha traído consigo más personas, y eso ha enriquecido el ambiente de formas que van mucho más allá de los números.

Lo primero que destacaría es la diversidad generacional. Hoy conviven personas que son la memoria viva de la planta, junto a generaciones más jóvenes que llegan con nuevas ideas y empuje. Esa mezcla es muy potente. Nos permite aprender los unos de los otros cada día.

También hemos evolucionado en crear un entorno más diverso e inclusivo. Me enorgullece ver un equipo más equilibrado y plural, donde el talento no entiende de género y donde existe un compromiso real para que cada persona se sienta respetada y valorada por ser quien es.

Y finalmente, hemos crecido en diversidad de roles y de estructura. En estos años se ha aumentado el número de Shift Leaders, se han creado figuras como los Coordinadores de Turno o los Managers de Bulk y Packaging. Incluso se han incorporado becarios de producción. Esto ha abierto nuevas oportunidades de desarrollo dentro de la propia planta.

Al final, toda esta mezcla de experiencias, identidades y funciones ha hecho el ambiente mucho más rico y dinámico. Desde mi posición, mi objetivo es escuchar todas las voces y fomentar la confianza para un diálogo abierto, buscando potenciar lo mejor de cada persona

¿Qué valores son los que están más presentes en la planta de fabricación?

«Si tuviera que elegir dos valores que se respiran cada día en la planta, serían sin duda la calidad y, justo a su lado, el compromiso. Y para mí, son inseparables.

La calidad aquí no es un póster en la pared; es una cultura que nace directamente del operario en cada centro de trabajo. Todo el mundo es muy consciente de que lo que tenemos entre manos es la salud de una persona. Y esa mentalidad lo cambia todo. Se ve en el día a día. Se ve, por ejemplo, cuando la tasa de rechazo de una emblistadora aumenta. Aunque el 100% del producto que sale es perfecto, el equipo no se conforma. Se preocupan y avisan porque a nadie le gusta desperdiciar material.

Hay un orgullo por la eficiencia y por hacer las cosas ‘bien y a la primera’.

Y claro, todo esto solo es posible gracias al segundo gran valor: el compromiso y el sentido de la responsabilidad de la gente. Y no lo digo como una frase hecha, se ve en gestos muy concretos:

  • Lo ves cuando hay una avería. El operario no se aparta y se limita a esperar a Mantenimiento. Está al lado, explicando qué le sucede a la máquina, aportando su conocimiento de horas y horas con ella para ayudar a resolverlo antes. Ese sentimiento de ‘esta máquina nos pertenece y quiero que funcione bien’.
  • Y lo ves en gestos que demuestran un compromiso que va más allá de lo exigible. Como cuando un operario, que tiene un día de vacaciones aprobado, ve que el equipo está justo por algunas bajas y es él mismo quien propone cambiar su día libre. Entiende que si el equipo no está, el objetivo de producción no sale. Ese nivel de responsabilidad con el objetivo común no se puede exigir, nace de un compromiso real.

Al final, la calidad es el ‘qué’ hacemos, y la responsabilidad es el ‘cómo’ lo conseguimos. Son las dos caras de la misma moneda y, para mí, es lo que de verdad define a nuestro equipo.»

¿Qué cualidades consideras necesarias para trabajar en la planta?

«Esta es una pregunta que me gusta mucho. Para mí, la cualidad que de verdad marca la diferencia en la planta, más allá de la experiencia que puedas traer, es la generosidad y la proactividad para ayudar.

Buscamos gente que suma al equipo. Personas que son generosas con su conocimiento, que no se guardan nada y enseñan todo lo que saben a los compañeros. Gente que ayuda a crear un buen ambiente, que sabe cómo aliviar la tensión en los momentos difíciles, a veces con una simple broma en el momento justo.

Y, sobre todo, gente proactiva. Es esa persona que ve a un compañero un poco perdido o atascado y se acerca a echarle una mano, sin necesidad de que el otro tenga que pedir ayuda. Eso es el compañerismo en acción.

Por supuesto, necesitamos un perfil metódico y cuidadoso, es algo que va con nuestro sector. Pero ese rigor tiene que ir de la mano con una mentalidad abierta y muchas ganas de aprender, porque como he dicho, esto está en constante evolución.

Y todo esto se sostiene sobre un profundo sentido de la responsabilidad. Para mí, la gente que brilla aquí es la que tiene esa preocupación genuina por que todo salga bien. Es esa cualidad que ves en la gente a la que le afecta de verdad cuando algo no sale perfecto; ves que sienten el proyecto como algo suyo

¿Qué le dirías a alguien que quiere trabajar en Menarini?

«Le diría que si es una persona con ganas de aprender, compromiso y visión de futuro, este es un lugar donde de verdad se puede hacer carrera.

Mi propio caso es un buen ejemplo. Entré como responsable de sección y la empresa ha confiado en mí para crecer y desarrollarme hasta mi puesto actual. Aquí se valora el talento interno.

Además, le diría que no es un sitio para aburrirse. La planta está en constante crecimiento y evolución. Eso te da la oportunidad de ser polivalente, de formarte y de aprender y aportar cosas nuevas continuamente.

Y, por último, algo que hoy en día es un gran valor: le diría que Menarini es un proyecto sólido y estable. He sido testigo de cómo la compañía ha crecido año tras año, y esa estabilidad no es casualidad. Es el resultado de una visión estratégica clara y del compromiso de todos con la calidad. Es un lugar donde puedes construir un proyecto profesional a largo plazo