Twitter y cómo poner la información científica en órbita
Uno de los aspectos más espinosos de la medicina actual es el acceso a la…

Twitter y cómo poner la información científica en órbita

Twitter nueva forma comunicaciónUno de los aspectos más espinosos de la medicina actual es el acceso a la información médica. Sencillamente, ¡las cosas pasan demasiado deprisa! Las novedades se suceden sin pausa y las propias Guías de Práctica Clínica se actualizan a un ritmo que es muy difícil de seguir. Estar al día es todo un reto y para muchos profesionales se convierte en una auténtica brecha. Y por supuesto, esto puede repercutir en la atención a los pacientes. En las últimas semanas los cardiólogos hemos visto cómo Twitter se ha convertido en una plataforma espectacular de debate y discusión y hemos sido testigos de que es posible que las redes sociales sean la herramienta adecuada para cerrar esta brecha en el conocimiento.

La historia comienza en noviembre de 2017. Un grupo de investigadores comunica los resultados de un trabajo espectacular que se ha hecho famoso tras su publicación en Lancet con el acrónimo de ORBITA. De forma muy resumida (ya sé que demasiado resumida), los investigadores buscaron pacientes con enfermedad coronaria estable y con estenosis (es decir estrechamiento) de una de las arterias del corazón. Y los dividieron en dos grupos. En el primer grupo de pacientes se realizó un cateterismo para tratar la lesión (a lo que los cardiólogos llamamos angioplastia). En el otro grupo, a los pacientes se les hizo el cateterismo para simular que se trataba la lesión. ¿El resultado? ¡Un terremoto! Los dos grupos de pacientes tuvieron la misma evolución clínica. La angioplastia no tuvo ningún efecto sobre los pacientes. ¿Por qué es un terremoto? Porque el resultado ataca directamente a uno de los dogmas de la cardiología. El mejor tratamiento de la enfermedad coronaria es desobstruir las arterias a través de la angioplastia.

Y aquí es donde realmente comienza la historia que os quería contar. Habitualmente los trabajos científicos siguen un “circuito” de difusión a través de publicaciones y congresos que hace que la información se divulgue más o menos, y más después que antes, entre los posibles interesados. Sin embargo, con ORBITA las cosas han sido muy, pero que muy distintas. La información saltó inmediatamente a Twitter y el debate prendió como la yesca. Sólo en la primera semana tras la publicación del ensayo hubo 1.700 tuits con opiniones que iban desde “es el trabajo de la década” a “es la peor basura que hemos visto en años”. El fuego no hizo más que crecer cuando el profesor Darrell Francis, uno de los investigadores del estudio entró con fuerza a responder las críticas al trabajo en la discusión tuitera. Como resultado hemos tenido uno de los debates más apasionantes que hemos visto en Cardiología, en el que se ha revisado de forma sistemática el estudio, los resultados, las implicaciones clínicas y hasta el modelo de cómo entendemos la enfermedad. Espectacular. ¿De qué otra manera podrías preguntar algo al investigador principal de un ensayo clínico y esperar que te responda? En directo, libre y gratuito vía Twitter.

¿Estamos viendo un nuevo modelo de transmisión de la información médica? Es posible. Solo unos pocos trabajos van a causar tanto interés. Pero la idea de que Twitter funciona como una herramienta de debate en medicina se extiende poco a poco. Con grupos que directamente reclaman que los líderes en opinión en medicina tengan una presencia cada vez más activa en redes sociales. ORBITA es un ejemplo de como las redes sociales pueden ser un altavoz espectacular también para la información científica. Pero hay muchos otros. Las redes sociales se utilizan para divulgar los trabajos de las revistas, comunicar la información de las sociedades científicas, comunicar los trabajos de los congresos, compartir y discutir casos clínicos, organizar grupos de trabajo, coordinar clases… La lista es interminable. ¡Es 2018! ¿Estás ya en Twitter? En cierta manera es posible que estar activo en redes sociales se convierta en una de las responsabilidades de las personas implicadas en atención sanitaria. Y lo que sí es seguro es que, a día de hoy, si no conoces las redes sociales y te dedicas a la salud, puede que estés empezando a perderte cosas. Desde luego si esperaste al siguiente congreso para enterarte de qué iba ORBITA seguro que te perdiste lo mejor del estudio.

Por Dr. José Juan Gómez de Diego

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