Pues esta vez me han encargado hacer el editorial de la cordada y como pasa siempre en estos casos, uno tiene ideas geniales, pero cuando le toca el turno de escribir se queda en blanco delante del papel (papel digital de mi procesador de textos) sin saber muy bien qué contar ni qué decir.
Justo cuando me han hecho este encargo he oído que empezaba oficialmente la primavera (con el tiempo loco de estos cambios climáticos mi armario ya no sabe si es primavera, otoño, verano o invierno). Pero me ha hecho mucha ilusión recibir la noticia (ya sé que no es una noticia trascendente, que ocurre todos los años en la misma fecha, que es esperable y todo lo que queráis).
Pero para los que somos un poco ciclotímicos (y no tenemos alergia a ningún tipo de polen), el hecho de tener más horas de sol, que las flores inunden nuestras praderas y que los pájaros empiecen a construir sus nidos, sirve para iniciar un ciclo de positividad y optimismo.
Estaba pensando, al enfrentarme al folio en blanco, de forma recurrente como enlazar a mis queridos y queridas “sherpas” con la primavera y repetía de forma constante “sherpa-primavera”, “sherpa-primavera”, “sherpa-primavera”… hasta que la mente se retrotrajo hasta finales de 2013, momento en que se empezó a gestar todo este movimiento y me di cuenta de mi “florecimiento personal” al conocer a un grupo de personas con las que comparto risas, entusiasmo, ciencia, cañas y sobre todo, conocimiento, mucho conocimiento.
Personas con las que he aprendido y crecido con el objetivo de hacer crecer a los demás, de crear una gran cordada en la que todos y todas los que nos dedicamos a dar salud desde numerosos campos profesionales, en la que todos cabemos, nos ayudamos a crecer, a salvar obstáculos y seguir adelante.
Personas con las que he aprendido y crecido generando contenidos, estrategias y poniendo nuestra semilla primaveral para que la brecha digital sea menos brecha.
Personas con las que he aprendido y crecido luchando contra el aislamiento digital.
Personas con las que he aprendido y crecido dando la vuelta como un calcetín a las propuestas de actividades que se nos planteaban año tras año y de las que han ido surgiendo iniciativas y aventuras (y seguirán surgiendo muchas más).
Gracias a todos y cada uno (y unas) de los más de 70 sherpas que estamos involucrados en esta aventura digital con gran componente humano.
Y espero con ansia el nuevo próximo encuentro, porque seguro que aprenderé, compartiré y creceré mucho más. Un encuentro en primavera, para florecer… llamadme florecilla.
Por José Ávila