Salud digital y Big Data

El incremento de la cronicidad, el envejecimiento de la población, el empoderamiento de los pacientes o la utilización de la tecnología móvil son algunos de los muchos factores que han puesto de manifiesto la necesidad de modificar nuestro Sistema Nacional de Salud a través de su transformación digital, un medio eficaz que contribuirá a mejorar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, según la Unión Europea.

Resulta obvio quela digitalización nos ha situado ante una nueva forma de entender la salud. En esta coyuntura, otro de los fenómenos que ha irrumpido como protagonista con un peso cada vez mayor es el Big Data, una herramienta que puede ayudar a mejorar la atención sanitaria pues proporciona información y herramientas que ayudarán en la toma de decisiones a gestores y clínicos, y que redundará en poder ofrecer mejores servicios de salud a los pacientes, además de ser una manera eficiente de facilitar nuevas formas de relación entre ellos y los profesionales sanitarios.

Gracias al Big Data quedan recogidos aspectos como la historia clínica electrónica, las prescripciones médicas de tratamientos, las pruebas de laboratorio o el historial de bajas, entre otros. Pero el desafío de esta digitalización pasa también por el riesgo que entraña la explotación de grandes volúmenes de datos, un factor que también es imprescindible regular al tratarse de uno de los temas que de verdad inquieta a los pacientes: su derecho a la privacidad. Por este motivo, garantizar la confidencialidad de sus datos debe ser prioritario.