En el marco de la lucha frente al aislamiento digital, el pasado 8 de noviembre tuvo lugar en Madrid la presentación de los resultados de la III Desconferencia del proyecto Sherpa. Debido a mi interés por las nuevas tecnologías y su aplicación en el campo de la salud, tuve el placer y el privilegio de poder acudir a dicha reunión y conocer desde dentro esta iniciativa.
Nada más llegar a la reunión pude empezar a comprender el porqué del nombre de «Desconferencia». Llegados desde diversos puntos de España, profesionales de diferentes áreas del sector sanitario se dieron cita en un ambiente tan cercano que podría calificar hasta familiar.
Desde mi llegada, la familia sherpa me acogió como un miembro más permitiéndome ser parte activa del encuentro, y participando en el debate planteado sobre cómo desde todos los sectores se puede contribuir a la lucha para acabar con el aislamiento digital. Una reunión alejada de las clásicas ponencias magistrales que permitía la interacción continúa entre todos los asistentes.
Esta representación de los diferentes sectores es probablemente la mayor virtud del Proyecto #sherpa20. El origen del nombre de esta comunidad hace referencia a la necesidad de guiar no solo a aquellas personas atrapadas por la brecha digital, sino también en proporcionar los recursos necesarios que contribuyan a implantar las nuevas tecnologías. Aglutinar diferentes puntos de vista sobre la situación actual de este proceso de digitalización que estamos viviendo y las principales barreras que nos encontramos para ello, permiten adquirir una mayor dimensión de la fase en la que nos encontramos así como conocer las diferentes adversidades que se plantean en el ejercicio profesional de cada uno de los sectores que participan en esta iniciativa.
La metodología de trabajo sherpa merece un análisis detenido. El ambiente distendido facilita la interacción de todos los miembros. Entre ellos, algunos como en mi caso, acudíamos por primera vez a un encuentro sherpa, un punto de encuentro donde el debate y la participación proporcionan nuevas herramientas para combatir el aislamiento digital.
Tras la presentación de los principales resultados, destacaría la puesta en marcha del test sobre competencias digitales para profesionales de salud en el que individualmente pudimos detectar y mejorar en que competencias relacionadas con la digitalización podemos seguir creciendo. Además de los posteriores talleres en pequeños grupos sobre nuevas herramientas digitales aplicables a la sociedad en la que vivimos y que buscaban poner en común estrategias en aras de poder llegar a grupos de difícil accesibilidad para promover la prevención de la salud.
Tras la finalización de la reunión no solo me llevo una visión global de todo lo que está haciendo esta comunidad sherpa contra el aislamiento digital, sino que junto a una mayor competencia en habilidades de comunicación aplicables a mi práctica diaria he podido conocer a un grupo de personas maravillosas que espero ver pronto en próximos encuentros para seguir luchando juntos frente a la brecha digital.
Por Ricardo Reolid