Tranquilos nadie nos va a hacer pagar nada, al menos de momento, por la salud digital.
La mejora en las competencias digitales, el acercamiento y disminución de la brecha digital en el ámbito de salud es positivo, urgente y necesario dada la velocidad a la que crece el uso y posibilidades de ésta.
Mejorar como profesional en estas competencias, para estar más “cerca” del paciente y ayudar a reducir la “paja” en la información y acceso a la salud desde el ámbito digital tenemos claro que es un valor añadido. Pero, ¿quién debe ser el principal benefactor de ese valor añadido?
La respuesta clara y políticamente correcta es el paciente, el usuario. Pero el uso de esta herramienta, que claramente puede mejorar o exponer nuestra “marca personal” puede dar lugar también a que ese valor añadido pueda llevar un Impuesto, o interés inconsciente: Impuesto del Valor Añadido (I.V.A.) hacia el paciente. Ya que en una sanidad cada vez más privatizada y en una red en la que competimos por el posicionamiento, puede llevarnos a un uso del valor añadido (de esas competencias digitales) que dirija al paciente hacia nuestras redes y que en lugar de otorgar libertad de búsqueda e información sobre salud en pro del paciente, sean en pro de mi “negocio” en salud.
Por tanto, en estas fechas que se acercan pido una reflexión sobre el año pasado y sobre qué queremos para el año que viene. Como personas relacionadas con la salud que hemos estado y/o queremos estar en la “Salud Digital”: ¿en qué porcentaje hemos estado por el bien del paciente y cuál por el bien propio? y ¿en cuál queremos o deberíamos estar?
No dejemos que nuestro ego o bien propio repercuta en un “impuesto” para el paciente en “lo digital” y que esa nueva información no quite libertades de elección, ya que internet, lo digital, una de las cosas grandes que tiene (mientras le dejen) es la libertad.
¡Felices Fiestas!
Por Ignacio Fabiani