Hablar de actitudes y redes sociales está muy visto, pero creemos que es esencial entender que los hábitos asociados a la web 2.0 (compartir, crear, conversar, etc) son mucho más importantes que la herramienta en sí. Y más cuando se trata de herramientas que duran pocos años en un entorno de mejora rápida e imparable. Como dirían los revolucionarios de mayo del 68, debajo de twitter está la playa…
Muchos lo llaman la cultura CO, dado que la mayoría de las acciones asociadas comienzan de la misma forma. El trabajo colaborativo y la cooperación ha saltado de herramientas como Drive a otras como Skype o los mapas mentales. La difusión ha pasado del email a Twitter. La gestión del conocimiento ha llegado a herramientas como Zotero, Mendeley o ResearchGate. Las herramientas pasan, las superamos con nuestra propia mejora -la famosa experiencia de usuario-, pero la necesidad permanece; su cambio es incremental, pero la base se mantiene.
El movimiento Sherpas 2.0 persigue promover el uso de herramientas adecuadas a cada una de esas acciones. No hay una herramienta única, todas valen, pero al mismo tiempo, todas caducan. Ese reto, asociado al aprendizaje colaborativo y a la mejora constante, es el eje de la evolución del ciudadano 2.0.
Dar el salto a una manera de pensar del «YO» al «NOSOTROS» no es algo sencillo que se haga de un día para otro, implica un proceso de cambio y adquisición de habilidades que en muchos casos se puede facilitar si alguien guía este proceso. El movimiento Sherpas 2.0 nace de alguna manera de esta idea, de la necesidad de encontrar referentes para alcanzar objetivos concretos en todo proceso de aprendizaje, y en este caso en lo relativo a la Salud Digital.
Y a la pregunta habitual sobre: ¿qué herramienta podemos utilizar para empezar? La respuesta es sencilla: cualquiera, porque todas valen. Desde la potencia de Telegram para comunicar, a la capacidad de Twitter para difundir y conectar: la herramienta es la excusa, lo importante es asumir el reto que supone este cambio, y lanzarse al vacío.
Pero no estás solo, siempre hay un sherpa 2.0 cerca.
Por Miguel Ángel Mañez & Raúl Ferrer