Hasta hace poco, componer implicaba disponer de conocimientos técnicos, instrumentos, programas especializados y, sobre todo, tiempo. Sin embargo, hoy en día contamos con herramientas de inteligencia artificial que hacen posible que cualquier persona pueda explorar su lado más creativo sin necesidad de ser músicx profesional.
En los últimos años han surgido aplicaciones capaces de generar música a partir de indicaciones muy sencillas. Aunque no pretenden sustituir la importante labor que lxs compositorxs llevan a cabo, pueden ser útiles para acompañar en el proceso creativo y facilitar que las ideas no se pierdan en el camino.
Es el caso de plataformas como Suno o Aiva, que permiten experimentar con estilos, ambientes y melodías a partir de un simple texto o de unas pocas decisiones:
Está orientada a crear canciones completas y funciona de manera muy intuitiva: se describe el tipo de tema que se quiere —por ejemplo, una canción pop optimista, una balada más íntima o algo que recuerde a los grandes himnos del rock— y la herramienta genera una propuesta con estructura, melodía y voz. A partir de esa primera versión se pueden hacer nuevas pruebas, matizar el tono, cambiar el enfoque de la letra o explorar otros estilos.
Más centrada en la música instrumental, resulta especialmente útil cuando lo que se busca es una banda sonora para acompañar algo: un vídeo casero, una presentación, un momento de concentración o simplemente un rato de descanso. Se eligen el estilo y la atmósfera general —más épica, más relajada, más cinematográfica— y el sistema genera una pieza pensada para ese contexto. Después es posible ajustar la duración, introducir pequeños cambios o crear variaciones a partir de la misma idea base.
La música, además, tiene una dimensión emocional muy potente. Asociamos ciertas melodías a momentos, personas y etapas de la vida. Poder crear piezas personalizadas abre infinidad de posibilidades.
Diciembre, por ejemplo, es un mes en el que la música está muy presente. Los villancicos suenan en casa, en la calle y en las reuniones con familia y amigos. Aprovechar herramientas como estas para componer un villancico propio puede ser una forma diferente de vivir estas fechas. Algunas ideas pueden ser escribir unas estrofas que hablen de las tradiciones familiares, alguna anécdota entre amigos o de cómo imagináis el nuevo año.
En Menarini estamos explorando cómo la inteligencia artificial puede impulsar y amplificar ideas creativas. Si te interesa la tecnología y te atrae la idea de componer, este puede ser un buen momento para experimentar. ¿Te animas a intentarlo?
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