Proyecto Vincles: la salud mental, eje de la acción social

Hoy damos la voz a Joan Bas, director del Vínculos. Como algunos recordaréis, fue uno de los proyectos con los que colaboramos la pasada Navidad. Vínculos atiende a personas que precisamente carecen de vínculos afectivos porque padecen algún tipo de transtorno mental severo. Este año cumple 10 años y desde aquí deseamos larga vida a la labor que realiza el grupo de profesionales dirigidos por Joan. Os dejamos pues, con su artículo, escrito a propósito para este blog: En julio de 1999 nació en Barcelona Vincles (“Vínculos”), un proyecto de atención integral para personas que padecen un trastorno mental severo. Éste se creó a instancias del GAOP (Gabinete de Atención y Orientación Psicológica) y de los trabajadores sociales que detectaron que un número considerable de personas con enfermedades mentales se dirigían a los servicios de Cáritas Diocesana de Barcelona para pedir ayuda, y con las que el trabajo para mejorar su situación social se hacía muy difícil, ya que se veía continuamente interferido por su enfermedad.

«La mayoría de ellas sufrían un Trastorno Mental Severo (TMS) a causa del cual tendían a aislarse de su entorno y, además, no tenía conciencia de su enfermedad y, por consiguiente, difícilmente llegaban a ser tratadas por los servicios de salud básicos y/o mentales. Por todo esto, acababan viviendo en soledad o causando graves trastornos en su entorno más inmediato: la familia -en el supuesto de que la tuviesen-, el vecindario, etc. Esta situación puso en evidencia la necesidad de contar con unos profesionales especializados en el campo de la salud mental que pudieran acercarse y ofrecer atención a estas personas, con el objetivo de colaborar con la tarea social que desarrollaban los trabajadores sociales y así mejorar su calidad de vida.

El proyecto está formado por un equipo muy consolidado, ya que lo componen las mismas personas desde su inicio. Los perfiles profesionales son: un médico psiquiatra, un psicólogo, dos enfermeras especializadas en salud mental y una trabajadora familiar. Estos profesionales ofrecen una atención integral (psiquiátrica, psicológica, sanitaria y social) en la misma institución y de manera externa, que ayuda a las personas con TMS a establecer el vínculo terapéutico necesario para contribuir a su reinserción social y familiar.

Acogida, vinculación, diagnóstico y apoyo a la familia, pasos previos

Teniendo en cuenta que el proyecto trabaja con personas sin vínculos familiares ni sociales sólidos, el primer paso en el proceso de ayuda se inicia con la acogida y vinculación de la persona, con el objetivo de que se sienta acompañada y con referentes que la ayuden a salir de su situación de vulnerabilidad. El segundo paso es realizar el diagnóstico y el posterior tratamiento psiquiátrico y psicológico, adecuado a cada persona. El tercer paso es el apoyo a los familiares del enfermo –en el supuesto que los haya- para ayudarles en la convivencia, enseñarles a atender adecuadamente al enfermo y compartir su sufrimiento. El cuarto paso de la atención integral se concreta en el Centro-Taller de rehabilitación psicosocial (CTRP). Este es un espacio que tiene como objetivo trabajar las dificultades de estas personas para mantener los vínculos relacionales y ofrece unos servicios que engloban desde los aspectos más específicos en el tratamiento de la enfermedad a los más esenciales de la rutina diaria. Los servicios son: atención psicológica y psiquiátrica individualizada y/o grupal, seguimiento de enfermería, diferentes talleres de rehabilitación psico-social, desayuno y merienda, lavandería, higiene personal (ducha), servicio de prensa, sala de TV.

Un modelo de intervención pionero en la atención a la persona

Vincles es un proyecto pionero en Cáritas respecto a la atención integral a personas que además de vivir una problemática social, también sufren algún tipo de trastorno mental.

Su modelo de intervención contempla una visión completa de la persona enferma que hace que no solamente esté orientado a la reducción de los síntomas de la enfermedad, sino que también trabaje otros aspectos: el biológico – a través de actividades de educación sanitaria y hábitos saludables-, el psicológico y/o psiquiátrico -a través de un tratamiento muy continuado e intensivo con visitas semanales, que permiten crear vínculos entre el profesional y la persona atendida- y el social -a través del trabajo coordinado con los trabajadores sociales, con el objetivo de ayudar a una mejor integración social-.

Cabe destacar, como elemento novedoso, que en el año 2008 Cáritas Diocesana de Barcelona creó el ámbito de trabajo de Salud Mental y éste se ha concretado con la presencia de psicólogos/as en los puntos de servicio de Cáritas ubicados en los distintos barrios, facilitando una detección más rápida de problemas mentales de las personas atendidas. Esta decisión radica en la convicción de que cualquier persona atendida por Cáritas es susceptible de padecer algún sufrimiento emocional, con mayor o menor intensidad, que requerirá una atención específica que le ayude en el proceso de mejora de su situación social.

El perfil de las personas atendidas

Está previsto que durante el año 2009 se atiendan en el proyecto unas 90 personas, pero desde la creación del proyecto hasta la actualidad, la población atendida ha ido variando. Esto responde al hecho que Cáritas escucha el latir de la sociedad y mira de adaptarse a su ritmo y realidad.

En el inicio del proyecto las personas atendidas eran personas mayores del país a las que Cáritas ofrecía ayuda desde hacía muchos años y que estaban encerradas en sus domicilios con graves depresiones, esquizofrenias, etc. Después de 3 ó 4 años el perfil se amplió, a consecuencia del aumento de personas de origen extranjero que venían a nuestro país buscando un futuro para ellas y sus familias. Así fue como se empezaron a atender personas con crisis de adaptación, procesos de duelo por el abandono del país de origen, crisis de ansiedad, etc. Una vez superado el período más intenso de la llegada de estas personas, y dado que la mayoría de ellas dejaban de necesitar el recurso cuando conseguían encontrar un trabajo y adaptarse a la sociedad de acogida, disminuyeron sus peticiones de ayuda, y en el proyectó volvió a predominar la atención a las personas autóctonas con patologías más graves.

La crisis y las personas atendidas en el proyecto

En la actualidad, a raíz de la crisis económica, se están detectando nuevos perfiles de personas que solicitan el apoyo de este proyecto.

La crisis económica está golpeando duramente al colectivo de los inmigrantes y, en consecuencia, personas que ya habían sido atendidas en el proyecto a su llegada a nuestro país, pero que lo habían abandonado porque habían podido encontrar recursos laborales, económicos y personales para salir adelante, vuelven a solicitar ayuda. La pérdida del empleo y, como consecuencia, la falta de ingresos y de expectativas de futuro al no encontrar trabajo, les está empujando a estados emocionales que afectan a su salud mental. A este perfil se le debe añadir aquellas personas españolas y de origen extranjero que nunca habían pedido ayuda y que, debido a la coyuntura económica, también necesitan de este recurso para intentar superar la situación de vulnerabilidad emocional y social en la que se encuentran.

Los retos de futuro

Este año el proyecto celebrará su décimo aniversario. Diez años llenos de historias personales que han planteado muchos retos, tanto a las personas atendidas como a los profesionales.

El reto de futuro más inmediato es el de conseguir viviendas adecuadas para las personas que se atienden, ya que muchas de ellas viven en pensiones, en habitaciones de alquiler o en pisos que no reúnen condiciones de habitabilidad, y, debido a su enfermedad, tampoco son suficientemente autónomas como para vivir solas.»