Por Miguel A. Tovar
El advenimiento de los medios sociales ha dado lugar a un nuevo paradigma en la forma en la que nos relacionamos, nos comunicamos y accedemos a la información. Los ciudadanos tenemos ahora la posibilidad de jugar un papel más activo. Ahora podemos participar de la conversación, dar nuestra opinión o, incluso, ser generadores de contenidos.
Asimismo, es teóricamente posible mantener un intercambio público de información entre médicos y pacientes. Los medios sociales han permitido acercar la información a los usuarios, con un lenguaje menos técnico, y se ha reducido el desequilibrio de poder que tradicionalmente existía entre el proveedor de atención médica y el paciente.
De todas las plataformas, Twitter es —con diferencia— la más popular en el ámbito de la salud. El éxito de esta red ha estimulado el debate sobre cómo los profesionales sanitarios debemos utilizar los medios sociales en el ejercicio de nuestra profesión. Han surgido así defensores y detractores del uso de los medios sociales en Medicina.
El uso de Twitter por parte de los profesionales sanitarios para relacionarse y compartir información médica ofrece un gran potencial para promover la salud, individual y pública, así como para el desarrollo y la promoción profesional y la mejora de la atención sanitaria. La diversidad de conocimientos y experiencias que se pueden intercambiar en Twitter es extraordinaria, y este intercambio de información puede ser extremadamente beneficioso.
Las principales ventajas que ofrece Twitter son la comunicación bidireccional entre la fuente y el consumidor de información y una mayor variedad de fuentes de información. Además, gracias a la conversación bidireccional en Twitter se da voz a partes interesadas que normalmente no la tendrían en las interacciones tradicionales del ámbito sanitario.
Con todo, hay aspectos que preocupan, como un posible uso inadecuado, las violaciones de la privacidad y la desinformación (bulos). Desafortunadamente, por descuido, negligencia o desconocimiento, en ocasiones se han producido violaciones de la privacidad de los pacientes. En este sentido, toda precaución es poca y antes de compartir cualquier información conviene ser muy concienzudo y eliminar de los tuits cualquier dato que pudiera dar lugar a una revelación de identidad.
El gran poder que otorga una red como Twitter conlleva una gran responsabilidad. Por ello resulta imprescindible que los profesionales sanitarios se formen y se capaciten en el uso apropiado y efectivo de los medios sociales y conozcan y sigan las directrices que las organizaciones profesionales representativas ponen a su disposición.
La American Medical Association con su documento de 2011 Professionalism in the Use of Social Media fue una de las primeras instituciones que elaboró unas recomendaciones con la intención de ayudar a los médicos en el uso profesional de las redes sociales.
En España, la Organización Médica Colegial publicó hace ya unos cinco años el ‘Manual de Estilo para médicos y estudiantes de medicina’ sobre el buen uso de redes sociales. Este manual complementa el cuerpo doctrinal de la OMC sobre ética y deontología profesional. Huelga decir que su lectura es muy recomendable. Como también lo es leer las recomendaciones sobre el uso de información médica y el ejercicio de libertad de expresión en las redes sociales que ofrece el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña.
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Periodista especializado en el sector farmacéutico. Experiencia como consultor de negocios en Estrategia, Marketing y Redes Sociales. Posee un MPharm en Farmacia por la Universidad de Barcelona y un MBA de IESE Business School por la Universidad de Navarra. Interesado en temas de emprendimiento, y nuevas empresas.