En los últimos diez años Internet ha experimentado una revolución que ha afectado directamente a la forma en la que la población tiene acceso a la información.
Ante las búsquedas sobre salud en Internet los usuarios se han encontrado tradicionalmente con dos tipos de información. Por un lado la más accesible, situada en foros, webs comerciales o blogs no profesionales cuyo contenido con frecuencia es de baja calidad y por otro lado la más rigurosa, perteneciente principalmente a organismos oficiales o artículos científicos cuyo lenguaje resulta difícil de comprender para muchos pacientes y que además suele encontrarse en posiciones más bajas en los resultados de búsqueda.
A partir de esta situación, muchos profesionales sanitarios detectamos hace tiempo que esto suponía un problema para el paciente y nos decidimos a escribir blogs, de manera independiente, con la idea de poner nuestro granito de arena en la divulgación sanitaria. Y así, durante estos últimos años ha habido un aumento del número de blogs de calidad escritos por profesionales (médicos, farmacéuticos, enfermeros, fisioterapeutas, psicólogos, etc.) siendo el número de búsquedas que reciben mensualmente estos blogs un indicador de su utilidad.
Y cuando estábamos todos tan contentos pensando que habíamos encontrado el buen camino, las tendencias en Internet, una vez más, nos cambian el paso. El paciente, en el 2019 ya no consume blogs del mismo modo que lo hacía en 2014. Las redes sociales se han convertido en una fuente de información en sí mismas y el usuario prefiere consumir el contenido en la propia red social sin necesidad de salir de ella para navegar.
De este modo, en Twitter hoy triunfan los hilos, una manera de desgranar explicaciones en una sucesión de tuits de 280 caracteres, preferiblemente acompañados de imágenes o vídeo. Por otro lado, en Instagram triunfan los stories, otra sucesión de píldoras, en este caso en formato de imagen o de vídeos de 15 segundos. Estos formatos resultan más ligeros y atractivos para el usuario, al que parece que hoy leer se le hace bola. Para el profesional de la divulgación, hacer hilos o stories supone un esfuerzo grande y añadido, un esfuerzo cuya utilidad se valora a veces con recelo dada la fugacidad de un hilo o de los stories (los primeros “se entierran” rápido y los últimos desaparecen en 24 horas)
Ante esta situación los sanitarios tenemos dos opciones: la primera es rebelarnos ante la merma de calidad (porque salvo excepciones, difícilmente un hilo o una sucesión de stories superan en calidad a un artículo), negarnos a entrar en el juego y continuar con nuestros blogs. Como siempre. La segunda es aceptar que no podemos poner puertas al campo y que esta tendencia, que ya está completamente instalada en los hábitos de los más jóvenes, es imparable. Es decidirnos a subirnos a este carro pero teniendo en cuenta que los blogs no han muerto porque las búsquedas en Google continúan, así que nos toca trabajar doble.
Este cambio de paradigma supone un mayor esfuerzo pero también una nueva oportunidad de acercarnos al paciente de manera más directa y cercana. Los tiempos cambian y la divulgación cambia. Pero el paciente debe seguir en el centro, y nosotros junto a él, allá donde esté.
Por Marián García