Menarini lanza una red de pediatras contra el abuso infantil

Nota de prensa

Menarini lanza una red de pediatras contra el abuso infantil

Información dirigida preferentemente a medios de comunicación especializados en salud.

Como primer laboratorio farmacéutico que asume un compromiso para el establecimiento de una red de asistencia sanitaria contra la violencia hacia los niños, Menarini, en colaboración con Telefono Azzurro, la Sociedad de Pediatría Italiana (“Società Italiana di Pediatria”, SIP), la Federación Italiana de Pediatras (“Federazione Italiana Medici Pediatri”, FIMP) y la Asociación Italiana de Hospitales Pediátricos (“Associazione Ospedali Pediatrici Italiani”, AOPI), pretende sensibilizar y formar a los pediatras italianos en el reconocimiento y la detección de los signos de cualquier tipo de abuso, empezando por las señales no expresadas por los niños y niñas de inquietud y sufrimiento, con el objetivo de proteger y preservar su bienestar. El proyecto de formación ya ha iniciado su andadura y cuenta con el apoyo de esta compañía multinacional ubicada en Florencia, que ha realizado una inversión de aproximadamente un millón de euros.

Menarini lanza la primera red del mundo de pediatras contra el abuso infantil, que contará con 15.000 médicos “centinelas”

Al igual que sucede en otros países, el abuso y el maltrato a menores en Italia es un fenómeno en constante expansión, agravado por los riesgos asociados a las nuevas tecnologías y a la crisis económica que pone en riesgo a un número mayor de familias. “En Menarini nos preguntamos qué podíamos hacer para ayudar a crear un mayor grado de concienciación sobre esta emergencia social. Nuestra respuesta fue lanzar y apoyar un proyecto educativo dirigido a los pediatras italianos, un proyecto sin precedentes a nivel internacional”, afirman Lucia y Alberto Giovanni Aleotti, presidenta y vicepresidente de Grupo Menarini.

Florencia, miércoles 11 de mayo de 2016 – Las personas que roban la inocencia a estos niños y niñas son casi siempre aquellos más cercanos y más queridos por ellos, especialmente sus propios padres y madres, pero también familiares, amigos cercanos, profesores o vecinos, como trágicamente hemos podido constatar en varios sucesos recientes. La crisis económica, las dificultades en el entorno familiar y los conflictos entre padres y, de estos con la sociedad, elevan significativamente el riesgo de maltrato y abuso: aproximadamente entre 70.000 y 80.000 niños y adolescentes son víctimas de la violencia cada año, pero esta situación es un ejemplo clásico de un fenómeno en el que solo se alcanza a ver la punta del iceberg. El 70 % de los casos se desarrolla en el seno del hogar familiar y, dos de cada tres casos, se produce a manos de uno de los progenitores. Estos son los resultados que arroja un estudio realizado por Telefono Azzurro y Doxa Kids, que revela que uno de cada tres niños teme que su derecho a ser protegido de la violencia y el abuso no se defienda lo suficiente. Las estadísticas de las llamadas recibidas en el número de emergencia 114 de Telefono Azzurro corroboran estos datos. La mitad de los casos se asocia a violencia y agresiones físicas y psicológicas, y uno de cada diez a abusos sexuales. El número de víctimas jóvenes que consigue pedir ayuda es muy bajo; se limita a una de cada cinco víctimas de abusos sexuales y una de cada tres víctimas de violencia.

Su sufrimiento queda cubierto bajo un manto de silencio y, por este motivo, Menarini, en colaboración con Telefono Azzurro, la Sociedad de Pediatría Italiana (SIP), la Federación Italiana de Pediatras (FIMP) y la Asociación Italiana de Hospitales Pediátricos (AOPI), ha lanzado el primer proyecto a escala internacional destinado a crear una red antiabuso formada por 15.000 “centinelas” pediatras y médicos de atención primaria. El proyecto consta de dos fases: en primer lugar, “formar a los formadores” para impartir 23 horas de cursos de formación intensiva a un millar de pediatras en todas las regiones, de modo que se especialicen en el reconocimiento de los signos de dificultades no expresadas por los niños y niñas, y se conviertan en “centinelas” frente al abuso infantil. Estos cursos ofrecerán formación sobre estos aspectos a alrededor de 15.000 pediatras y médicos de atención primaria en Italia, para formar la primera red antiabuso del mundo. Los 13 principales hospitales pediátricos del país también participarán como centros de formación, y actuarán como puntos de referencia para los pediatras de toda Italia. También serán el lugar donde se hará frente a las urgencias y la subsiguiente fase de recuperación para proteger a las víctimas de la violencia. La inversión realizada por Menarini para el establecimiento de esta red antiabuso, se sitúa en torno al millón de euros. Italia es el primer país del mundo dotado de un proyecto articulado para hacer frente a la violencia contra menores, basado en su sistema sanitario y apoyado por un laboratorio farmacéutico líder.

Menarini se enorgullece de ser el primer laboratorio farmacéutico que apoya este proyecto único, que sienta un precedente para la comunidad internacional. Representa el primer paso hacia un programa internacional promovido por el Centro Internacional para Niños Desaparecidos y Explotados (ICMEC), lo que sitúa a Italia en el epicentro de la irrenunciable lucha contra el abuso infantil” – anunciaron Lucia y Alberto Giovanni Aleotti, presidenta y vicepresidente del Grupo Menarini. – “Es un proyecto maravilloso que esperamos que pueda ayudar a evitar casos de violencia contra menores, unos sucesos absolutamente inaceptables. También queremos contribuir a generar un avance cualitativo en el conjunto del sistema sanitario italiano en relación con la protección de los derechos de la infancia y los adolescentes”.

Los pediatras desempeñan un papel determinante en el desarrollo sano y equilibrado de los niños y niñas, y representan su primer punto de contacto con el sistema sanitario, pero también constituyen un importante punto de referencia y confianza, ya que las familias les confían el bienestar de sus pequeños a lo largo de los años más delicados de su desarrollo”- explica Ernesto Caffo, presidente de Telefono Azzurro. – «Es fundamental que posean las habilidades y conocimientos necesarios para descifrar las señales de alarma cuando un niño experimenta problemas o se encuentra en una situación de riesgo. Por este motivo, Telefono Azzurro, en colaboración con la Sociedad de Pediatría Italiana y la Federación Italiana de Pediatras han acogido este proyecto promovido por Menarini con entusiasmo. Con casi 30 años de experiencia escuchando a niños, niñas y adolescentes víctimas de abusos, Telefono Azzurro ofrece las mejores competencias y procedimientos de intervención para dar una respuesta efectiva y de calidad a los casos de abuso en nuestro país”.

Desafortunadamente, los pediatras se encuentran en el corazón de un sistema que resulta inadecuado para reconocer y tratar los signos de abuso. La falta de formación específica a nivel de grado universitario y de especialización también resulta crítica. En consecuencia, existe una necesidad urgente de contar con un sistema organizado de forma continua y permanente que pueda brindar su apoyo a los especialistas que sospechen o identifiquen casos de abuso en su práctica diaria”- subrayan Pietro Ferrara y Luigi Nigri, directores del proyecto para la SIP y la FIMP “Los pediatras italianos nos han mostrado su entusiasmo e interés en aceptar la propuesta elaborada por Menarini y recibir cursos de formación sobre las problemáticas del abuso y el maltrato, que no pueden seguir siendo ignoradas dadas las terribles consecuencias que acarrean para la salud infantil a corto y largo plazo. Los niños o niñas maltratados o víctimas de abusos no solo se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir problemas físicos, psicológicos y conductuales, sino que también pueden presentar daños sistémicos durante su vida adulta” – recalcan los expertos – “Por ello, la SIP y la FIMP consideran todo un motivo de orgullo profesional el despliegue de una red de apoyo entre los pediatras que vincula los centros hospitalarios con los profesionales locales y, en caso necesario, con las fuerzas de orden público, tribunales y servicios sociales y de acogida, en un esfuerzo combinado de gran impacto social en el marco de una estructura nacional compartida”.